Una
fábrica de tratamiento de coltán va a ser construida en Ruanda. Podría
estar operativa en unos ocho meses, es decir en 2017. También hay una
coincidencia que puede dar que pensar. La fábrica podría estar operativa
a mediados de 2017. En Congo-Kinshasa “las elecciones supuestamente
democráticas” no podrán tener lugar antes de 2017. ¿Es una casualidad?
Aún a riesgo de equivocarnos, no creemos que pueda ser una casualidad.
Esta fábrica sólo podrá ser realmente operativa manteniendo un “caballo
de Troya” del Tutsi Power en la cumbre del fallido Estado congoleño.
¿Quién será? JOKA (Joseph Kabila) u otro cualquiera.
Dividir para reinar.
He aquí lo que cuenta un artículo publicado el 24 de agosto de 2016.
“La
primera fábrica de separación de coltán (colombita-tantalita) en África
será construida en Ruanda por AB Minerals Corporation y estará
operativa a mediados de 2017. Traerá consigo las tan deseadas
oportunidades de industrialización a la región donde se produce el
mineral”. El autor explica que “Ruanda es actualmente el primer
exportador de coltán, proveyendo el 50% del tantalio mundial. El coltán
es un mineral metálico opaco que resulta de la combinación de
colombita-tantalita y que se refina para producir tantalio”. Y explica
por qué esa fábrica se construirá en Ruanda con estas palabras: “Frank
Balestra, PDG de AB Minerals Corporation dice que hay una necesidad
urgente de incrementar la industrialización del sector minero en África,
y que la mejor manera de lograrlo es aumentando las transferencias de
tecnología y competencias de varios participantes superiores de alto
nivel de la industria”.
Es
un secreto a voces: Ruanda no tiene minas de coltán que le permitan ser
su primer exportador. Ese mineral es robado al Congo-Kinshasa. ¿A qué
precio? Al precio del “genocidio congoleño”. Que pronto durará ya dos
décadas. E incluso más.
Este
artículo debería permitir a los compatriotas congoleños comprender más
aún que no hay una guerra étnica en el Este del Congo-Kinshasa. Hay un
exterminio de las poblaciones congoleñas y una expropiación de sus
tierras en provecho de los proxys de los anglosajones, a saber, Ruanda y
Uganda. La actual confrontación entre Hutus y Nande es una táctica
empleada por esos proxys para que aquellos que consideran que son sus
enemigos acérrimos (los Hutus y los Nande) no lleguen a aliarse. Un odio
exacerbado debe ser mantenido con la finalidad de evitar una colusión
entre fuerzas que les puedan plantar cara. Esa es una táctica aprendida
en la escuela de Brzezinski o una simple aplicación de la política de
“divide y vencerás”.
También
hay una coincidencia que da que pensar. La fábrica podría estar
operativa a mediados de 2017. En el Congo-Kinshasa “las elecciones
supuestamente democráticas” no podrán tener lugar antes de 2017. ¿Es una
casualidad? A riesgo de equivocarnos, no creemos que eso pueda ser una
casualidad. Esa fábrica sólo podrá ser realmente operativa manteniendo
un “Caballo de Troya” del Tutsi Power en la cumbre del fallido Estado
congoleño. ¿Y quién será? JOKA (Joseph Kabila) u otro cualquiera.
Destruir el Congo-Kinshasa…
De
ahora en adelante, se hace aún más patente que el proceso “apolítico”
en Congo-Kinshasa depende de lo que decidan los padrinos del Tutsi Power
en provecho de sus multinacionales.
Destruir
el Congo-Kinshasa como Estado digno de ese nombre, matar a los que
velan por las conciencias y a los que las mantienen vivas, exterminar su
población y expropiar sus tierras, todo esto corre riesgo de
intensificarse como ya es el caso en Beni. La balcanización del país
tiende hacia su real concretización.
Ya
hace varios años que las élites orgánicas y estructurantes del
Congo-Kinshasa, herederas de Lumumba, de Munzihirwa, de Vincent Machozi,
de Floribert Chebeya, de Mamadou Ndala, etc., no paran de clamar en el
desierto apelando a sus compatriotas a que rompan con el “falso proceso
político” que ha hecho de un falso Caballo de Troya de Ruanda “un
Presidente de hecho” en el Congo-Kinshasa sin muchas posibilidades de
que ese desierto se transforme en una tierra firme de audiencia masiva.
Si el asunto de las tierras congoleñas, de los bosques, del agua, etc.,
hubiese sido puesto en el centro de los intercambios entre las élites
político-intelectuales y las masas populares hace más de veinte años,
ello hubiese conducido a esas masas a una movilización que hubiese
podido llevarles a cambiar el equilibrio de fuerzas.
En
vez de eso, las élites políticas, agentes del status quo, sólo nos
hablaron de elecciones, del Estado de derecho, de la joven democracia,
sin que los envites que están el centro de la guerra racista y de
depredación animen los debates políticos. ¿Qué hacer?
¿Qué
hacer? No es demasiado tarde para reunirse alrededor de esos envites en
cualquier lugar en el que nos juntemos como compatriotas congoleños, y
poder crear (o volver a crear) colectivos ciudadanos que puedan imaginar
e inventar posibles soluciones. Las cosas son más claras todavía. En el
centro de nuestras tecno-estructuras, leamos o volvamos a leer ciertos
libros como “Crímenes organizados en África central” (2004), “Canadá
negro” (2008), “Guerra y derechos humanos en la República Democrática
del Congo” (2009), “Canadá en las guerras de África central” (2012), “La
República Democrática del Congo frente al complot de balcanización e
implosión” (2013), “¿Para cuándo el Congo?” (2016), “Cuando los
africanos despierten” (2016), “Los genocidios congoleños” (2016), etc.
Leer o volver a leer esos libros y muchos más podría ayudarnos a
estructurar histórica, científica y culturalmente las posibles
respuestas a nuestras luchas de resistencia para evitar desaparecer como
pueblo. El jefe tribal Kamwina Nsapu ha emprendido una tarea que
estamos invitados a continuar: hablar con nuestros pueblos de lo que
realmente está en juego en el país con el fin de que se hagan cargo de
sí mismos.
En
el negocio de la política nada ocurre por casualidad. Recordemos para
aquellos de nosotros que lo hayan olvidado, esos dos puntos del proyecto
de colonización Tutsi de África central: “Todos los Tutsi deben saber
que los Hutu están emparentados con los congoleños y que nuestro plan de
colonización debe aplicarse a los dos grupos”. Y “debemos luchar contra
los Wanandes y los Hutu… Aprovechemos esa codicia de los Hutu.
Ofrezcámosles alcohol y dinero. No reparemos en gastos ya que tenemos
dinero de sobra”. (“Esos asesinos Tutsi. En el corazón de la tragedia
congoleña”, 2009).
Siendo
esto así, no deberíamos confundir las cosas y alarmarnos excesivamente.
Intentemos
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todavía más lo que está pasando y organicémonos para hacerle frente.
Deberíamos trabajar alrededor de estos tres puntos: un despertar y un
mantenimiento permanente de la conciencia histórica (y de la memoria
colectiva), una invención-creación de una ideología movilizadora (como
la solidaridad panafricana y transnacional, por ejemplo) y una
organización ciudadana que despegue desde la base, a partir de nuestros
colectivos ciudadanos.
Mbelu Babanya Kabudi.
Fuente:
Ingeta, “La guerre raciste et de prédation va produire une usine de
coltan au Rwanda”, publicado el 27 de agosto de 2016.
http://www.ingeta.com/la-guerre-raciste-et-de-predation-va-produire-une-usine-de-coltan-au-rwanda/#
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Traducido para Umoya por Juan Carlos Figueira Iglesias.